El día más esperado
Al pensar en el futuro siempre hay un día que es el más esperado. El día de tu boda, el del comienzo de un nuevo trabajo, el del nacimiento de un hijo, el de tu jubilación… ejemplos hay mil. Cuando ese día llega surgen otros nuevos. Desde principio de temporada teníamos la posibilidad de alinear en un partido por primera vez a un padre y a un hijo, ese era uno de los días más esperados y el pasado domingo en el último partido del año pudieron compartir vestuario, partido y victoria un padre y un hijo. Mannes-Mannes una segunda línea para enmarcar. Uno de los fundadores del club pudo jugar cincuenta minutos de rugby con su hijo, nada de charlas animadas de sobremesa después de un partido ni pachangas de padres contra hijos, un partido de verdad con su árbitro, su rival y trece compañeros más para disfrutar de una de las cosas que más nos gusta, el rugby y del rugby disfrutaron todos los que asistieron al partido en el campo y en la grada. Las pasiones, las tradiciones, los valores habitualmente se transmiten de padres a hijos y para un padre no hay mayor orgullo que ver que tus hijos las comparten contigo. Desde aquí mi enhorabuena a Kristoffer y Miguel por ser los primeros en lograrlo y no serán los únicos.
El otoño se despidió de nosotros con una mañana nublada y lluviosa en Orcasitas donde acudimos con 6 equipos, dos por categoría, a las cuartas jornadas de Sub 6, Sub 8 y Sub 10. El día a pesar de no ser frío no acompañaba mucho y la proximidad de las fiestas hizo el resto, de modo que la presencia de jugadores, padres y equipos no era la habitual y hasta se pudo aparcar mejor que otros días. Salvo en Sub 10, el resto de categorías acudió con la gente muy justa para jugar, pero se jugó y bien por momentos. Reconozco que hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien en un campo que dirigiendo a los más pequeños, siendo una buena forma de despedir el año junto a ellos, los pequeños del Club.
Por la tarde nuestros jugadores Sub 18, con algún refuerzo, acudieron a Soto del Real donde fueron azotados por el viento y por el rival que se aprovechó de nuestros errores para derrotarnos. No terminamos de rematar ni las jugadas ni los placajes. Se jugó con más voluntad que acierto pero queda temporada para corregir errores y lograr los objetivos marcados.
El domingo era el día señalado, una mañana soleada de invierno que quedará ya para el recuerdo, esa foto final de todos juntos lo demuestra. Ya tenemos marcados en el calendario nuevos días, nuevas esperanzas y nuevos sueños.
Los valores, las tradiciones, los sueños se transmiten de padres a hijos y en estas fechas tan familiares, tan tradicionales, tan llenas de sueños y esperanzas, solo me queda desearos a todos que paséis unas Felices Fiestas y que tengáis una buena entrada y salida de año, esperando que el próximo año se cumplan vuestros días más esperados.
Sangre y Cielo. Aúpa San Isiiii!!!
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