El futuro del rugby y otras cosas de lagartijas…
Coincidiendo con una nueva jornada de la FMR comienza una nueva edición del Torneo de las 6 Naciones; el más importante en el Hemisferio Norte. Es más que recomendable ver alguno de los partidos, si no todos. Mucha emoción asegurada y, me gusta pensar, grandes dosis de buen rugby.
Partidos legendarios, con rivalidades ancestrales (Gales- Inglaterra; Escocia-Irlanda;…) algunos de los cuales tienen entidad propia dentro del Torneo. Así, el partido entre Escocia e Inglaterra dirime el acreedor al trofeo de la Calcutta Cup; el Grand Slam corona al ganador de los cinco partidos de los que consta cada edición; la Cuchara de Madera se la lleva aquel equipo que pierde todos los partidos; la Triple Corona la disputan los cuatro equipos de las Isla Británicas; el Millenium Trophy se decide entre Irlanda e Inglaterra; así hasta casi todas las combinaciones posibles entre los seis equipos que la disputan.
Para nosotros los españoles, este torneo es especial. Demasiados años sin un rugby de alto nivel han llevado a que cada uno de nosotros se haga hincha de uno de esos seis equipos. Durante el mes de febrero soy casi tan galés como mi querido amigo Andy y todos los monitores que entrenan a vuestros hijos son seguidores de uno de ellos. Aquí me gustaría reseñar que casi todas las adhesiones se centran en los equipos británicos. Muchos menos se alinean con los franceses y no conozco a nadie que vaya con los italianos. Por supuesto también existe la versión femenina, con los mismos equipos participantes.
Todos los años, por estas fechas, surge la polémica sobre el cambio en las reglas de juego. Este torneo es una referencia para ver cómo funcionan esas nuevas normas. Detractores de los cambios producidos en los últimos años aducen que se está desvirtuando demasiado el rugby que les gusta, en aras de una pretendida apuesta por la seguridad de los jugadores. Lo cierto es que, de acuerdo o no, esas modificaciones obligan a los equipos a replantear muchos aspectos del juego para adaptarse a las normas y sacar el máximo provecho de ellas.
La melé (scrum en inglés) es una de las figuras más afectadas en los últimos años. Hay que tener en cuenta que, en equipos de élite, los ocho jugadores de cada equipo que se enfrentan, empujándose, pueden llegar a pesar por encima de los 900 kilogramos.
Tres jugadores enfrentados en la primera línea (así se llaman los números 1, 2 y 3); el número 4, empujando entre el 1 y el 2; el 5, entre el 2 y el 3; el 6, detrás del 1 y al lado del 4; el 7, igual, del otro lado y el ocho cerrando la formación. El medio melé (9) es el encargado de introducir el balón entre las dos formaciones, de un modo imparcial, aunque cada vez lo es menos, dando ventaja al equipo que introduce el balón. El contacto entre las formaciones se ha modificado de forma que el impacto inicial entre ambos no sea tan brutal como corresponde a tanta potencia acumulada. Luego, viene el empuje con la intención de ganar la posesión del balón.
De cualquier modo, el futuro del rugby –vuestros hijos- está creciendo con las nuevas reglas que, todos los aficionados, esperamos que sirvan para engrandecer nuestro deporte. Vuestros hijos, nuestros lagartijas tienen aún unos añitos antes de enfrentarse a sus rivales en este lance, pero siempre es mejor ir preparando el camino, poco a poco.
Pues bien, sin melé comenzó el partido de nuestros linces contra nuestros amigos de “Indus”, y los nuestros demostraron de principio a fin que aunque se habían quedado sin entrenamiento el viernes por culpa del viento, venían con todas las ganas de jugar un gran partido de rugby. Nos demostraron que tienen muy claro lo que hay que hacer en el campo: conquistar el balón, avanzar y ensayar. Y si no puedo yo sólo, rápido llegará un amigo a ayudarme. Y nos demostraron que cada vez son más autónomos en el campo, crecen como jugadores y eso nos enorgullece.
En la segunda parte se dio un hecho que fue una “novedad” para nuestros linces, uno de los niños de Industriales sabía hacer el famoso “raffit” o “hand-off”, técnica defensiva que se basa en sacar el brazo para proteger el balón, y que tenemos que aprender a contraatacar, ya que si bien no está permitido en esta categoría, sí lo van a encontrar en el Campeonato de España (las normas de la FER difieren ligeramente de las de la FMR). Lo entrenaremos próximamente para que no les vuelva a coger por sorpresa.
Después de un merecido descanso viendo el partido de nuestros jabatos (sub8) frente a Indus, volvemos al campo para enfrentarnos a un CAU que llegó bastante mermado por la gripe, con 4 jugadores. Así que decidimos mezclar equipos y jugar un partido entre un equipo de colores y otro blanco para disfrute de todos los linces. Esto también es rugby.
A partir de la siguiente jornada presentaremos de nuevo dos equipos para dar más minutos de juego a nuestros pequeños lagartijos, así que a ponerse las pilas!
Carlos Suárez – Monitor S6
merbriales
7 febrero, 2019 (9:55)
Qué disgusto el hand-off para Edu, sí que le pilló de sorpresa. Son muchas cosas las que están aprendiendo a asimilar estas lagartijas!