Esto es la leche!!!!!!!!!

La reunión fue realmente breve. No había mucho que decir. Ni siquiera tuvimos que buscar un despacho donde sentarnos; aparte de no tener uno disponible (tiempo al tiempo) no era necesario.

La mañana era rara. Amenazaba lluvia que nunca llegó. Ahora hacía frío, ahora calor. Uno no sabía a qué atenerse pero nada de eso importaba. Acaba de terminar el segundo partido de los cuatro que nuestras lagartijas tenían programados en la primera jornada de rugby de esta temporada. El acuerdo fue unánime. Ni una sola voz, de las dos presentes, discordante. La satisfacción era patente y la conclusión rotunda. Nuestros miedos habían sido barridos por unos niños y una niña que no dejan de sorprender.

Israel, Luke, Íñigo, Gabi, Jorge, Eduardo, Luis, Ruy, Juan, Saúl, Olivia, Jaime, Sebi y Lucas. Catorce pequeños chalados quienes, después de acabar con nuestra paciencia, siempre logran arrancar una gran sonrisa; no sólo de los entrenadores sino de todos los presentes en la competición. Bien es cierto que el origen de esa sonrisa es diverso: de satisfacción para los monitores, de orgullo para los padres, de admiración para el equipo directivo del Club, de respeto para los rivales. ¡Esto es la leche!

De esos trece pequeños tan solo tres tienen la experiencia del año pasado completa; tres más nos habían acompañado en alguna jornada. Los otros siete se han incorporado este año. Ese es el miedo que los entrenadores teníamos. ¿Cómo van a responder los chicos con tan poca experiencia?

César propone, con muy buen criterio, que vamos a dividir el grupo en dos. Dos equipos que presentamos en esta primera jornada. Separados en dos. Por un lado los mayores (coincide casi milimétricamente la edad con el tamaño); por otro, los pequeños. Lo sentimos chicos pero desde hoy vamos a aprender a buscarnos las habichuelas.

Primer partido contra Hortaleza, uno de los habituales. Juegan los pequeños y cómo lo hacen. Hubo muchos toma, toma, toma y algún daca. Los pequeños encontraron las habichuelas bien pronto: avanzan hacia la línea de ensayo, levantan la cabeza y, después de algún rodeo que otro, buscan los huecos. Salvo algún despiste que otro, que finalizó en los confines del terreno de juego, la atención fue muy alta durante los seis minutos que duró cada uno de los tiempos previstos. Fin del partido, pasillo y ovación grande desde la grada. Buen trabajo.

Segundo partido contra Alcobendas y los mayores toman el relevo del mismo modo. Concentración para lograr sus metas. Avance, colaboración, placaje…….vamos a tener que replantearnos los objetivos de esta temporada. Pasillo y, de nuevo, ovación desde la grada.

Tercer partido contra Tres Cantos que este cronista no pudo ver, en tanto en cuanto los dos equipos jugaban a la misma hora. Un gran partido, cuentan quienes asistieron. San Isidro no conoce el miedo y se enfrentó de tú a tú a jugadores más grandes y experimentados. Lucha titánica de los lagartijas que despertaron la admiración de los presentes.

Cuarto, y último partido, contra otro de los habituales: Alcorcón. Nueva prueba de fuego para los más pequeños. ¿Qué puede decirse que no caiga en una indeseada repetición de halagos, sorpresas y satisfacciones? Nada. Amigos, padres, cuerpo directivo, entrenadores, nuestros queridos niños,…… ¡esto es la leche!

Esta temporada nos lo vamos a pasar muy, muy bien. Lograremos, y aún sobrepasaremos, nuestros objetivos y conseguiremos lo esencial: colaborar en el crecimiento de unos niños maravillosos que acabarán con nuestra paciencia. Por eso la reunión fue tan breve: desde ese momento sabíamos que iba a ser así.

¡AÚPA SAN ISIDRO!

Lo mejor: Sobran las palabras. Nos remitimos a la crónica que acabáis de leer.

Lo peor: Sin duda, la falta de espacio para aparcar y las multas de los municipales. Esperamos que no nos haya afectado.