Todo esfuerzo tiene recompensa.

Sabíamos de antemano que sería un partido difícil. Muy difícil. Ante nosotros estaba Aeronáuticos, un equipo que en los dos últimos años se ha propuesto pelear por el ascenso y ha comenzado este año de forma imparable en busca de su objetivo. Pero el San Isidro BMW Autopremier viene demostrando que va a vender muy caro cada punto y que en casa cualquier rival lo va a pasar muy mal para acabar puntuando.

El partido comenzó como se esperaba. Con la delantera de Aeronáuticos tomando el control del partido y encerrando a los lagartos en su zona de veintidós, de donde no tuvieron fácil escapar. El paquete de delanteros del San Isidro sacaba todo su coraje para defender las embestidas rivales y cada vez que tenían ocasión los tres cuartos hacían volar el oval para desquitarse la presión.

Cuando lo conseguían, eran los jugadores más rápidos del equipo rival los que ponían a prueba la defensa de la línea. La solidaridad para ayudar a los compañeros a frenar a los rivales, la presión y los placajes, unido a la imprecisión en el juego a la mano de los rivales, evitaron que llegasen los ensayos. No obstante, las muchas acometidas tanto en el juego cerrado como en el abierto acabaron por encontrar los resquicios defensivos y llegó el primer ensayo de Aeronáuticos en los primeros compases de partido.

Sin bajar los brazos, los jugadores del San Isidro BMW Autopremier tiraron de garra, se hicieron con la pelota y comenzaron a imponer su juego, para así amenazar la zona de marca contraria. Tanto es así, que en el minuto 21, tras varios golpes en la veintidós rival, Sergio Educao tiró de picardía para jugar rápido un balón y anotar el primer ensayo para los locales. Acertado con el pie en su primer intento, Vicent logró transformar para poner el empate a 7 en el marcador.

Fue entonces cuando Aeronáuticos entendieron que no iba a ser nada fácil llevarse la victoria de Orcasitas, por lo que volvieron a aumentar la presión, tomaron las riendas del partido y empezaron a convertir sus ataques en ensayos y puntos. Apenas 7 minutos después de recibir el ensayo, lograron desbaratar los esfuerzos defensivos del San Isidro en una jugada rápida para conseguir una nueva marca con su juego abierto. Mientras tanto, su paquete de delantera, aún con las fuerzas intactas, demostró su solidez y logró posar el oval después de una melé a cinco metros. Supieron sacar tajada de la expulsión temporal a Javi Novillo, que vio la tarjeta amarilla por una pantalla en una jugada que podría haber acabado en ensayo de Pedro.

Eso sí, tras esas dos marcas y ya con todos los efectivos sobre el campo, los lagartos recuperaron la batuta del partido y con innumerables embestidas lograron acorralar en su zona de veintidós a sus rivales. Eso sí, en esta ocasión no estuvieron tan efectivos como en el partido contra Olímpico y ante una defensa bien organizada y rocosa no pudieron convertir esa presión ofensiva en puntos. Una circunstancia que al final del partido acabarían lamentando. Con todo esto, nos fuimos al descanso con el marcador de 7 a 17.

La segunda mitad siguió el mismo guion. El coraje, la entrega y el sacrifico del San Isidro BMW Autopremier siguieron intactos y Aeronáuticos, con pocos efectivos preparados para salir al campo, comenzaron a notar el cansancio, lo que acabó por convertir el partido en un toma y daca. La salida del campo de Adelin tuvo sus consecuencias y fueron los delanteros visitantes los que acabaron por dar los puntos a los suyos. Ya fuera aprovechando un maul o empujando en las melés que tuvieron a 5 metros, los gordos visitantes fueron los que dieron dos ensayos más a los suyos.

Pero cada ensayo de Aeronáuticos traía siempre consigo un ensayo del San Isidro. Primero fue Sorin y luego Sergio, los que nos dieron la opción de acercarnos tanto al punto bonus ofensivo como al defensivo. Una recompensa que los lagartos no estaban dispuestos a dejar escapar. Por eso, en los últimos compases del encuentro aumentaron la presión ofensiva y el juego se desarrolló en campo rival, donde Aeronáuticos, ya con las fuerzas muy mermadas, trataban de aprovechar la ventaja que habían logrado a lo largo del partido para no acabar viendo como la victoria se quedaba en casa.

El ensayo de Mini en el último minuto y la posterior transformación de Sorin, hicieron que a pesar de la derrota en casa por 26 a 31, el San Isidro BMW Autopremier obtuviese una gran recompensa en forma de bonus ofensivo y defensivo, demostrando una vez más que los jugadores están dispuestos a dar la cara ante cualquier rival y que a garra y coraje nadie les va a ganar.

SANGRE Y CIELO, AUPA SANISI!!!!!!!!

Fotos cortesía de Kristoffer Mannes «Eero»

 

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