¡Y llegó la primavera!

Dos de Marzo de 2019. Orcasitas. 10: 15 de la mañana. Hora cero. Concentración de Lagartijas. Poco a poco, nuestros Linces van llegando al campo para participar en una nueva jornada de rugby de la Federación Madrileña.
Expectación entre el cuerpo técnico (somos dos), intentando adivinar cuál de todas las caras que nuestros pequeños tienen nos iban a mostrar. Atendiendo a los hechos más recientes, el panorama pintaba en bastos (siempre y cuando los bastos sean el palo menos bueno de la baraja española). Los últimos entrenamientos no auguraban una recuperación del juego y del espíritu; el frío invierno seguía instalado en los cuerpos menudos de nuestros jugadores.
Primer partido, de nuevo, contra Hortaleza Rojo. A veste paso se va a convertir en uno de los clásicos del rugby madrileño. La árbitro hizo sonar su silbato a las once de la mañana y, puedo asegurarlo, ese dos de marzo tuvo dos amaneceres y un cambio de estación. Volvió a brillar el sol y la primavera estalló en Orcasitas. Toda la energía almacenada durante el crudo invierno rugbístico brotó, casi sin control, desde ese primer minuto hasta el duodécimo del siguiente encuentro, esta vez contra los Osos.
Atención constante en el juego, iniciativa (siempre es necesario un ligero empujón de los monitores), placajes, recuperación del balón, apoyos, alguna que otra fase de desconexión (al más puro estilo San Isidro) y, la guinda del pastel, muchos ensayos.

Luis sigue en una bonita línea ascendente, mejorando su percepción del campo y del juego; Israel salió de su particular letargo con buenos placajes y mejores ayudas; Jorge, haciendo un uso magistral del “hand-off”; Sebi, el “panzer” del placaje; Jaime, el tapado, parece que no está pero nos sorprende con sus galopadas; Olivia, en el regreso más esperado de nuestra aguerrida amazona; Íñigo, otro valor en alza que, cada vez más, entiende y aplica el juego; Gabi, con sus ausencias intermitentes que pelea como un jabato y Edu que lleva camino de convertirse en ese peculiar “segunda línea” que todo equipo que se precie debe tener.
El resurgir de nuestros Linces es un hecho y nuestro trabajo se centrará en mantener ese nivel hasta llegar a Valladolid. ¡Allá vamos!
Lo mejor: La vuelta de las mejores sensaciones.
Lo peor: Desierto
Muchos de vosotros habréis notado que ya empezamos a obligar, incluso a los más pequeños, a pasar hacia atrás y a realizar los apoyos por detrás del balón. Algunos os preguntaréis el por qué. Y la razón es muy sencilla (ya os sabéis la regla del pase hacia atrás) pero va más allá: el fuera de juego.
“En el juego general, un jugador está en fuera de juego si está delante de un compañero que porta la pelota o delante de un compañero que fue el último en tocar la pelota.” (Ley 11)
Tal situación, por si misma, no implica infracción alguna al reglamento. Esto sólo se produce si el jugador en esa situación intenta intervenir en el juego, antes de colocarse en situación “legal”.

“En el juego general hay tres formas mediante las cuales un jugador en fuera de juego puede ser puesto en juego por sí mismo o por acciones de sus compañeros:
1.- Si el jugador en fuera de juego corre para ponerse detrás del jugador que fue el último en patear, tocar o portar el balón.
2.- Cuando el portador de la pelota corre hasta adelantar al jugador en fuera de juego.
3.-Cuando un jugador patea el balón o un compañero detrás de ese pateador corren hacia delante hasta adelantar al jugador en fuera de juego” (Ley 11.2)
Esta regla es una de las más complejas y extensamente tratada en el reglamento. Para nuestros peques y sus padres es más que suficiente, por ahora.
San Isidro siempre “on side”. ¡AÚPA SAN ISI!
Carlos Suarez, entrenador
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