EL GLORIOSO REGALA EL PARTIDO

El Glorioso sufrió un duro correctivo en Pozuelo al perder 24-12 con el Olímpico en un encuentro en donde la falta de placaje lastró las aspiraciones arlequinadas.

Podemos quejarnos de arbitrajes, de diferencias de criterio a la hora de llevar un partido, de la actitud del rival, pero sin placaje no se puede competir y sin competir no se puede jugar al rugby.

Pese a todo el equipo hizo cosas bien. La delantera defendía bien los tornillos que una y otra vez intentaban los de la Omega, las fases estáticas se manejaron con solidez con un trabajo efectivo en touches y duros en melé, incluso con cierta presión defensiva que sin embargo quedaba lastrada por falta de placaje general, todos muy arriba, y escasa de agresividad defensiva.

Los pupilos de Vinsenso salieron enchufados en la fría mañana ante un rival que, como nosotros, combinaba jugadores jóvenes y veteranos sobre el sintético del Valle de las Cañas que comenzó viendo cómo la delantera de los visitantes se imponía a la de su rival y ganaba metros con el pié de Edu, lo que sumado a una buena presión en conjunto consiguió meter en su 22 al Olímpico de dónde el Glorioso logró salir con puntos merced al trabajo de la delantera.

Comenzaba bien el SIRC un partido que se convirtió en un toma y daca controlado, con el juego desarrollándose en la zona media del campo y con algunas internadas en 22 de las que no logramos sacar unos puntos de los que a la postre nos acordaríamos.

Parecía que tras la primera mitad y el desgaste en el rival el equipo se asentaría pero ocurrió justo lo contrario. Y eso que comenzamos con un ensayo de Keko que rompíó muy bien por los centros y ensayo bajo palos poniendo un 0-12 que parecía definitivo. El ensayo nos durmió, y el Olímpico comenzó a tirar de delantera avanzando muchos metros que nos costaba recuperar o al menos detener.

Continuamos teniendo nuestras ocasiones, pero no leímos bien el partido y nos empeñamos en cerrar el partido en lugar de abrir a los alas, donde teníamos metros donde correr y que no supimos aprovechar. Pese a todo, con el tiempo casi cumplido tuvimos la ocasión de llevarnos el partido con una posesión que volvimos a perder por el enésimo golpe en contra.

En definitiva, una segunda parte para olvidar con malas decisiones en ataque y falta de defensa lo que unido a la multitud de golpes que cometimos terminaron por convertir un partido que deberíamos haber ganado en 80 minutos de los que tenemos mucho que aprender.