Rugby en estado puro.
Es difícil escribir una crónica de este tipo cuando se está acostumbrado a hacerlas en partidos de equipos y jugadores de más de 14 años. A uno le asaltan, primero, los miedos y, después las dudas.
Miedo al enfrentarte al teclado y decidir qué escribes y cómo lo escribes. Dudas, al pensar si esta crónica va a estar maldita bajo el hechizo de “el día de la marmota” (¿todas las jornadas van a ser iguales?).
Porque ¿cómo se puede describir un partido de rugby de niños que no han cumplido seis años? No hay estrategias, no hay ventaja de unos sobre otros en las fases estáticas simplemente por el hecho de que no hay fases estáticas, no podemos valorar la actuación de la delantera, del apertura, los fallos del zaguero,…..y así podria seguir para poder rellenar una crónica que ignoro cómo continuar.
Quizá debería rebobinar y recordar lo que de verdad es el rugby: un deporte en el que priman los valores del sacrificio, el esfuerzo, la solidaridad y el compañerismo.
Y eso es lo que ayer ocurrió en los campos de Orcasitas en una preciosa mañana que inauguraba la competición de los rugbiers más jóvenes de los equipos madrileños.
A su manera, probablemente sin ser conscientes de ello, Bruno, Luis, Nico, Jesús, Israel, Nico, Paco, Mario y David desplegaron todas esas cualidades sobre el terreno de juego, en los cuatro partidos que pudieron disfrutar. Y en este punto queremos hacer hincapié: el esfuerzo de nueve pequeñines en cuatro partidos en una mañana. Ni una queja, ni un llanto, con sus cositas de niños, eso sí, y dejando maravillados a padres y entrenadores.
A pesar de llevar apenas un mes, muchos de ellos, entrenando (jugando, más bien) supieron luchar por la posesión del balón, avanzar cuando lo conseguían, placar, incluso hacer pases si el entrenador lo solicitaba y ensayar.
De acuerdo que no parecen partidos, al menos como los conocemos, pero da gusto verles dar esos primeros pasos. Ninguno de ellos preguntó por el resultado de los mismos (para las hemerotecas, ganaron tres partidos holgadamente y perdieron uno por un estrecho margen) y disfrutaron de los primeros pasillos de su vida. El objetivo para la próxima jornada es que podamos quedarnos un ratito, al final, y celebrar “el tercer tiempo”.
Primera y extenuante experiencia para este escribiente, a quien le queda mucho por aprender. Promete ser una temporada emocionante.
¡Aúpa Lagartijas! ¡Aúpa San Isidro!
Carlos Suarez «Iberia» – Monitor Sub6
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