The Place To Be (Nuestro Sitio)

Carlos Suarez Iberia, Entrenador

Es el sueño de cualquier club de rugby: poseer un lugar donde estar, donde juntarse. O mejor aún; si se me permite la figura: “el club es EL SITIO donde ir, donde juntarse”.

Quienes tenéis la colección de las crónicas de estos últimos años ya conocéis el mantra. El espíritu de un club de rugby que se precie es aquel que nos empuja a reunirnos, a buscarnos, a compartir momentos (con y sin el balón de por medio), a juntar generaciones de viejos (muy viejos) lagartos con los insultantemente jóvenes lagartijas, a dar la bienvenida a los nuevos integrantes de la familia San Isidro, los “camaleones” (sección de rugby inclusivo).

Alcanzar esta meta es más difícil en unos lugares que en otros. No es igual plantar unos palos, con forma de H, en medio de la campiña galesa que hacer lo propio en la Meseta castellana. El precio del metro cuadrado es menor cerca de los acantilados irlandeses que en Tres Olivos. La tradición del rugby es un elemento integrador mucho más acusado en las tierras medias neozelandesas que en la piel de toro.

De ahí que el esfuerzo que realizamos para disminuir la brecha y alcanzar nuestro sueño sea continuo. Con pretensiones modestas, al principio, quienes trabajamos en San Isidro nos afanamos por mantener unida la familia; una familia que es grande, más de lo que nunca imaginamos, pero que está abierta a nuevos miembros.

Primero fueron los viajes al final de cada temporada para participar en los Torneos Nacionales. También los Old Lizards, veteranos lagartos, fueron vistos arrastrándose en tierras lusas o cerca de las colinas vascas. Luego vinieron los viajes de fin de ciclo (sobre todo nuestros Tritones). Más tarde,…… ¿quién sabe? Y ¿qué decir de ese maravilloso “corner”.  El objetivo de este escribano no es dar una lista exhaustiva pero queda claro que somos un club vivo, que quiere crecer, que quiere ser ese rincón donde poder refugiarnos cuando queramos.

Recientemente, tres ilustres socios abrieron un bar dedicado a los deportes con atención preferente al rugby, como no podría ser de otra manera. Sería pretencioso, además de incorrecto, afirmar que The Water Boy es nuestra sede pero para muchos de nosotros ya es “the place to be”: el lugar para acercarse y, casi con toda seguridad, encontrarse con amigos, con la familia. A quienes aún no conocen el lugar, os animamos a pasar y conocerlo, aprovechando estos fines de semana de VI Naciones.

Así, empeñados como estamos en que la familia crezca y permanezca unida, surgió la idea de que nuestros pequeños lagartijas participaran en una jornada, de alguna manera, con el equipo senior. Con la incertidumbre propia de las novedades o de los experimentos, una cuidada selección de jugadores de las categorías inferiores (sub 8 y sub10) junto con sus familias fueron invitados a presenciar el partido del equipo A -rugby de quilates- y después jugar un partido con el objetivo de que, tanto la grada de animación como los propios jugadores senior, conozcan el trabajo que se hace en la escuela que, al fin y al cabo, es el futuro del club. No en vano, gran parte de la plantilla senior está integrada por jugadores formados en la escuela.

Veintiseis valientes llamados a enfrentarse en un duelo con una estimable afluencia de público a pesar de las inclemencias meteorológicas. Sin embargo, sabemos que la épica del rugby se logra en condiciones adversas.

San Isidro Fuencarral: Adrián, Gabi, Juan Velayos, Juan de la Pisa, Roque, Felipe, Enzo, Alain, Marín Cuervo, el gran Pepe, Mila, Jerónimo y Leo (camiseta arlequinada).

San Isidro Tres Olivos: Ayelén, Bruno y Pablo Otero, Martín Cucurella, Salva, Víctor, Álvaro Gimeno, Josete, Aarón, Mateo Caballero, Kalle  y Eric (camiseta blanca).

Los jugadores hicieron las delicias de la grada entre placajes, rucks, mauls, pases, carreras, cambios de ritmo, numerosos ensayos y……unas cuantas montoneras (ya mejoraremos).

Habida cuenta que el equipo senior había ganado el partido previo a Industriales (no sin esfuerzo) los peques participaron en el preceptivo pasillo de los ganadores, al final del encuentro. Quiero dar muuuuchas gracias a Manu, Jorge Calzada, Pablo Esguevillas, Almería  y Nico Silvano quienes se quedaron a presenciar el partido de los lagartijas y cantaron con ellos nuestra tradicional “Haka”. Creo que fue un bonito detalle. Y también agradecer a nuestro genial árbitro Juan quien se ofreció (sin cobrar) para dirigir el encuentro. Objetivo cumplido, al menos desde este lado del papel. Espero que vosotros, lectores, penséis lo mismo y que os hayáis divertido. Si es así, volveremos a vernos. En el club. El lugar donde ir.

¡VA SAN ISI, VA!

 

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