A garra no nos ganan.
Si algo teníamos claro antes del partido del domingo, es que iba a ser difícil. El San Isidro BMW Autopremier se enfrentaba al líder del campeonato, que tras seis jornadas se mostraba sólido, sin encajar ni una sola derrota. Sabíamos que en su visita a Orcasitas, el Tasman Rugby Boadilla iba a darlo todo. Nosotros, a pesar de todo, afrontábamos el encuentro con el optimismo que da el obtener buenos resultados y haber trabajado duro durante los entrenamientos previos.
El San Isidro comenzó fuerte, embistiendo con la delantera a todo aquel que se ponía por delante. El resultado de la fuerza de nuestra delantera no se hizo esperar y, en el minuto 9 de partido, Juan Pablo consiguió anotar el primer ensayo, para decirle al equipo visitante que si quería llevarse algún punto de Orcasitas tendrían que sudar la camiseta. Tras el ensayo, Borja anotaba la transformación para poner el partido con un 7-0 a nuestro favor.
Sin embargo, los de Boadilla supieron reponerse de este primer envite y tan solo seis minutos después fueron capaces de anotar su primer ensayo, aunque sin transformar la patada, por lo que el marcador se situó con un 7-5 para los nuestros.
La tensión se podía cortar con una navaja, con los dos equipos luchando con garra para lograr sobreponerse al contrario. Los nuestros atacaban con furia, alternando delantera y tres cuartos, y conseguían mantener a raya los intentos del Tasman por cruzar nuestras líneas. De hecho, fue solo con un puntapié de castigo como consiguieron ponerse por delante del marcador, en el minuto 25, al sumar tres puntos que nos dejaba 7-8.
El San Isidro BMW Autopremier no se amilanó y, aunque le costaba atravesar la buena defensa del Tasman, fue capaz de situarse de nuevo por delante en el marcador. En esta ocasión fue Sorin, haciendo gala de su manejo de pelota con el pie, quien en el minuto 30 lanzó un certero drop que puso el marcador 10-8 a nuestro favor.
Si bien los placajes de nuestros lagartos no eran del todo efectivos, la solidaridad en defensa hizo que sus ataques acabaran cayendo en saco roto, puesto que los nuestros lograban cerrar la puerta a sus habilidosos y rápidos tres cuartos. De hecho, si volvieron a ponerse por delante, fue de nuevo con un puntapié de castigo, que les permitió situarse con un 10-11.
Con este resultado favorable, el equipo blanquiverde encontró la motivación para poner en apuros al San Isidro BMW Autopremier, que comenzaba a dar muestras de cierto cansancio fruto del esfuerzo con el que estaban haciendo frente a los líderes. En este contexto, cuando la primera parte se estaba agotando, el Tasman lograba anotar su segundo ensayo, aunque sin lograr la transformación. Con un 10-16 se cumplián los primeros 40 minutos, en los que el San Isidro BMW Autopremier había mostrado, solidez, firmeza y garra.
Los primeros compases de la segunda parte volvieron a mostrar una gran igualdad entre ambas escuadras. El San Isidro BMW Autopremier reforzó la línea con la entrada de Talavera y la delantera con la incorporación de Adelin. Fueron necesarios dieciocho minutos para que, de nuevo, alguno de los dos equipos lograra ensayar y hacer subir puntos al marcador. Fue el Tasman el primero que lo logró, transformando la patada, echando sobre nuestros jugadores un jarro de agua fría al ver como la posibilidad de la victoria se alejaba.
Pero si algo caracteriza a este equipo esta temporada es la capacidad de reponerse a los más duros golpes. De tal forma que, apenas cuatro minutos después del ensayo de los vistantes, Adelin obtenía una nueva marca par los nuestros tras una buena ofensiva por parte de la delantera. Una marca que ponía en el marcador el 15-23, que demostraba que la victoria era posible y que solo hacía falta un esfuerzo más.
Cuando restaban menos de veinte minutos para el pitido final, nuestro equipo solo estaba ocho puntos por debajo. Darle la vuelta a la situación era difícil, sin duda, pero no imposible. Los nuestros, ante la perspectiva de poder derrotar al líder en nuestra casa y ante nuestra afición, se pusieron manos a la obra. En el minuto 74, José Luis desataba la euforia al anotar otro ensayo, que tras las transformación por parte de Borja, nos situaba tan solo un punto por debajo. La situación no podía ser más emocionante.
Tras muchos minutos avasallados por la fuerza y el buen hacer de los nuestros, el Tasman aprovechó un despiste generalizado de la defensa arlequinada para volver a ensayar y sumar 5 puntos más, que no fueron 7 gracias a que no transformaron la patada. El resultado parecía visto para sentencia, con un resultado en nuestra contra de 22-28, y con solo cuatro minutos por delante.
Los últimos minutos pasaron muy lentos. En esta situación, de nuevo el San Isidro BMW Autopremier fue capaz de mantener la calma y volver a imponer su juego. Con solo cuatro minutos por jugarse un ensayo y su correspondiente transformación acabaría por dejar la victoria en casa. Tanto los delanteros como los tres cuartos pusieron todo su empeño sobre el campo para hilvanar una jugada de lado a lado que volvió a dejar claro porque ocupan el puesto que ocupan en la clasificación. Y, tras unos minutos en el que el control fue prácticamente absoluto, con el minuto 80 marcado, Gaba volvía a poner en pie Orcasitas al anotar un ensayo que ponía el marcador en 27-28.
De la transformación de la patada dependía que la balanza de la victoria se decantase por uno u otro equipo. La tensión era gigante. Nadie se atrevía emitir el más mínimo de los sonidos, mientras todos los jugadores, equipo técnico y aficionados, contenían la respiración. Quizás fueron los nervios, quizás la presión, la pelota pateada por Borja salió rozando el palo derecho. No pudo ser.
A pesar de todo, nos marchamos con la cabeza alta. Fuimos capaces de mantener a raya al líder y logramos imponer nuestro juego en muchas fases del partido. Eso sí, tenemos que querer más. Mucho más. Si continuamos esta dinámica, no hay duda de que al finalizar la temporada habremos conseguido grandes éxitos. Porque a garra no nos gana nadie.
Vicent Selva – Jugador del SIRC
La opinión de Mandi
El día del pseudo-derby
Nos enfrentamos al líder destacado, todas sus partidos se contaban como victorias. Pero estábamos convencidos que en casa, ante los nuestros y con el conocimiento que teníamos de ellos algo rascaríamos. Y así fué. Sin cambiar mucho la estrategia, solo un par de pinceladas les fuimos dominando, pero cuando no fuimos disciplinados, les dimos el balón a sus rápidos tres cuartos, sumado a que nos empeñamos en romper con los más pequeños y rematando con el no apoyo, una tras otra…una tras otra… Que preferimos mirar como un compañero se lleva a dos o tres y hasta que lo paran y el balón se encierra, no acudimos. Pues se nos fueron. Aun pudiendo ganar, por que fallamos una patada en el último minuto, solo fue un espejismo, sacamos dos puntos al líder. Pero sin apoyo no se juega a esto. Y un partido estratégicamente ganado lo tiramos por el voyeurismo general. Paso de ser el un derby al día del NO APOYO.
Hay que seguir amueblado las cabezas.
Luis «Mandi»
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