La camiseta más valiosa

Carlos Suarez, entrenador

Hace pocos días tuvo lugar un acontecimiento poco habitual en el mundo del rugby aunque presiento que, en breve, dejará de ser un bicho raro.

En Cardiff se subastó una camiseta de rugby que, en mi humilde opinión, representa lo que es nuestro deporte. Corría el año 73 del siglo pasado (pocos de quienes leeremos este artículo habíamos nacido) cuando, durante la gira de los All Black por Europa, un mítico jugador galés (con la camiseta de los Barbarians *) marcó el ensayo que, hasta ahora, se ha considerado como el mejor en la historia del balón ovalado. Este hito, amén de muchos otros, le valió a Gareth Edwards, medio melé, el título de Sir. Sin embargo, el mejor ensayo de la historia no se le debe atribuir sólo a él. En menos de 40 segundos, el equipo blanquinegro recuperó el balón en su propia zona de 22 metros y, desde allí, siete jugadores tocaron el balón en una cascada de apoyos que construyeron un contraataque que permanecerá para siempre en el Olimpo del rugby, hasta que Sir Gareth posó el balón en la zona de marca de Nueva Zelanda. Los Barbarians ganaron aquel partido memorable. La camiseta se vendió por casi 275.000 €.

Deseo fervientemente que ningún ensayo individualista entre jamás en la clasificación de los mejores. El equipo técnico responsable de nuestros sub10 cree en el concepto de equipo, en su acepción más estricta. Nos habréis visto, tanto en los entrenamientos como en los partidos, inculcar el juego colectivo dejando (es inevitable) un papel residual a las individualidades. Somos conscientes de que eso es luchar contra la naturaleza de los críos en esta edad. Sin embargo, es necesario. Muchos jugadores, mayores, se sorprenden cuando se les hace pensar en el tiempo que un jugador tiene el balón en las manos. Lo cierto es que no tenemos el balón en las manos más del 90 por ciento de la duración del partido pero el trabajo sin balón es constante y tan importante como la labor del portador. El mejor ensayo de la historia no lo marcó un jugador; lo hizo un equipo.

En la memoria de quienes vivieron aquel partido siempre quedará la duda de si el ensayo hubo de ser anulado por mor de un pase adelantado (para mí muy claro) que, como sabéis, obliga a parar el juego y reanudarlo mediante una melé con introducción para el equipo no infractor. Con una melé (esa formación tan característica del rugby) se reinicia el juego después de infracciones tales como los pases adelantados no intencionados, las caídas del balón hacia adelante o los balones que resultan inmovilizados en un maul (agrupación espontánea con todos los jugadores en pie) o en un ruck (agrupación, en el juego abierto, con, al menos, un jugador de cada equipo en el suelo).

Jornada de rugby en la que retornábamos a la que fue nuestra casa durante mucho tiempo: Orcasitas. Vuelta a los problemas para aparcar, al olor a barbacoa del bar, al campo de hierba sin hierba,…. Muchos recuerdos.

El club local se encarga de la organización del torneo que, desgraciadamente, fue un desastre para nosotros. Nos las prometíamos muy felices para celebrar, por fin, un único tercer tiempo. Varios cambios de última hora en los rivales a los que nos enfrentaríamos y en los horarios nos dejaron con un palmo de narices en una mañana gris, fría, desapacible. Nuestros rivales fueron, finalmente, los locales del Cau, Hortaleza, Rivas y Paracuellos.

Contra todo pronóstico, aunque bienvenido sea, nuestros lagartijas nos ofrecieron un juego muy cercano a los objetivos que perseguimos esta temporada. Líneas de defensa muy estructuradas, incluso después de varias fases (periodos de juego entre placajes) sostenidas y reconocibles. Juego en ataque desplegado, usando todo el espacio que nos proporcionan las líneas del campo, pases en movimiento (muy importante para generar avance) y apoyos constantes. Todos estos ingredientes aderezados con un notable esfuerzo placador (aún lejos de lo deseado) generaron partidos dinámicos, disputados, entretenidos, esperanzadores.

SIRC Fuencarral: Saúl, Gabi, Lucas, J. Pablo, Víctor, Jaime Garnica, Leo, Pablo Díaz, Santi, Kike, Carolina y Adrián.

SIRC Tres Olivos: Martín, Miguel, Íñigo Clemente, Pablo Otero, Israel, Juan, Roque, Pablo Esparza, Diego, Marco, Íñigo Tejero y Álvaro.

Lo mejor: La lluvia fina va calando en nuestros jugadores. Ese es el camino.

Lo peor: El campo (horrible), el desastre en nuestros horarios y la apatía de algún joven aprendiz de árbitro.

¡VA, SAN ISI, VA!

*Barbarians: Equipo de rugby (no club) con sede en el Reino Unido formado por jugadores que reciben una invitación (parecido a una selección). Juegan de blanco y negro si bien los jugadores conservan las medias de sus respectivos clubes.

 

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