Y cuando uno cree que nada nuevo le puede sorprender van unos
mocosos y te hacen tragarte tus pensamientos. Un tanto agresivo para comenzar una crónica pero lo cierto es que así ocurrió.
Todo se remonta a unos días, quizá alguna semana antes de esta
última jornada de rugby para nuestros pequeñines. No en vano somos un equipo, un equipo grande, con personas que se ayudan y que trabajan cada día para mejorar. Nuestro responsable de la escuela pensó, con muy buen tino como más tarde pudimos comprobar, que sería bueno hacer una mudanza. Dicho y hecho (para qué esperar a probar las innovaciones); nos mudamos. El cambio de espacio de entrenamiento les ha sentado a los chicos como un ibuprofeno a un dolor de cabeza: de maravilla....
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