Clichés

Nuestro mundo está lleno de ellos. Esas expresiones o ideas demasiado repetidas, habitualmente manoseadas. Algunos opinan que son contraproducentes ya sea por su reiteración, bien por su vaguedad, vacuidad o, directamente, por la falsedad que puedan llevar.

Es, sin embargo, un fenómeno inevitable y todos caemos en ellos. Algunos dictados por la masa, los menos valiosos; otros, mucho más individuales o, al menos, acotados a grupos reducidos. Yo tengo uno a cuenta del rugby. He de confesar que su defensa me coloca en una relativamente incómoda tierra de nadie. Los puristas (en San Isidro, los defensores del “rugby arcaico”) me miran con un cierto desdén. Los recién llegados, como es el caso de muchas familias que se han unido a nuestra escuela, lo hacen con estupefacción. La explicación de ambos casos la tendremos en breve y la sola enunciación del tópico evita que tenga que extenderme.

Mi frase favorita conlleva una cierta búsqueda de Eldorado o el Arca de la Alianza. A pesar de su extrema dificultad, creo en ella firmemente.

           “El rugby NO es un deporte de contacto. Es un deporte de evasión”

A nadie se le escapa que esto es una quimera. La realidad es terca y hasta el reglamento dedica gran parte de su contenido a regular el contacto para garantizar, dentro de lo posible, la seguridad de los jugadores. He de reconocer que tiene todo el sentido del mucho por cuanto es mucho más peligroso el choque de cuerpos (o partes de ellos) que buscar los huecos.

El rugby es un deporte raro, atípico. Como casi todos, la finalidad es conseguir marcar puntos conforme indica el reglamento. Hasta aquí todo lo parecido al resto. El balón ovalado, el avance condicionado por la obligación de los pases hacia atrás,….. Nuestro avance debe ser tal que compense las pérdidas de terreno producidas por los pases. Pero todo esto ya lo conocéis y hoy quiero centrarme en aspectos específicos de nuestra competición sub 10.

  • El terreno de juego de Rugby XV mide entre 90 y 100 metros de largo (más entre 10 y 22 de las zonas de marca) por 68-70 de ancho. Nuestros lagartijas juegan dentro de un rectángulo de entre 35 y 40 metros de largo por 30-35 de ancho.
  • La manera de sumar puntos es la misma si bien en las categorías inferiores no hay puntapié hacia palos después de un ensayo ni para ejecutar un golpe de castigo.
  • Ésta es la segunda temporada en la cual, después de un pase adelantado o de una caída del balón hacia delante, formamos una mini melé (scrum para sajones, chilenos, uruguayos y argentinos). En Rugby XV  se enfrentan 8 contra 8 (los temibles delanteros) y nosotros formamos con tres jugadores del lado del equipo infractor, dos del lado atacante (pomposamente denominado premelé).

No está nada mal como aperitivo y, para no tentar a las musas, dejaremos para las siguientes entregas la explicación del resto de reglas. De paso me aseguro la inspiración para el futuro inmediato.

Increíble mañana para jugar al rugby. Espectacular el campo de juego que Alcorcón reservó para este magno evento. Hierba natural, especie en peligro de extinción, ahogada por la invasión del césped artificial. El escenario de los partidos, a primera hora de la mañana, se asemejaba a cierta aldea gala, rodeados como estábamos por innumerables partidos de fútbol. Seguimos en la lucha.

El estado anímico del grupo de entrenadores de este selecto grupo de rugbiers, en jornadas de competición, es un maremoto de sensaciones. Desde el miedo incontrolado a la incertidumbre de los más optimistas. De la euforia al abandono. Uno no sabe qué esperar después de los caóticos viernes por la tarde. Ellos ponen a prueba nuestra autoestima e incluso nuestra valía para transmitir conocimientos. Juegan con nosotros, dominando los distintos escenarios posiblemente como una revancha a nuestro dictatorial modelo de entrenamiento. Eso sí, a la hora de la verdad sacan su mejor versión y nos deleitan con su juego, con unos partidos realmente atractivos.

Destacamos los primeros encuentros de cada uno de los dos equipos (SIRC Fuencarral contra CRC, SIRC Tres Olivos contra un potente Industriales). Muchas acciones de mérito, juego colaborativo y combinativo con apoyos mejorados. Siempre resaltamos el aspecto defensivo porque creemos que es la base y porque el instinto del ataque es mucho más visible en estos jugadores nuestros. Aún necesitamos mejorar el placaje, la concentración y la recolocación defensiva. Toca conseguir la continuidad en el juego, que todas esas jugadas brillantes no se queden aisladas.

Mención aparte merece (César me lo recuerda y me obliga a reflejarlo) el hecho de que de las 34 fichas que tenemos apenas 6 son de segundo año. No quiero ni pensar en cómo será la temporada que viene (el Cholo ha hecho mucho daño con el partido a partido) pero para que eso llegue debemos no saltarnos ningún paso.

SIRC FUENCARRAL: Israel, Álvaro Sánchez, Juan, Pablo Otero, Jaime Calzada, Pablo Díaz, Daniel, Saúl, Pablo Esparza, ÍñigoTejero, Gabi, Íñigo Clemente y Marco.

SIRC TRES OLIVOS: Edu, Adrián, Djené, Lucas, Felipe, Javier, Martín, Víctor, Santi, Pepe, Roque, Carolina y Miguel.

Lo mejor: El campo, el tiempo, la camiseta nueva (chulísima) y la recuperación (parcial) del tercer tiempo (gracias a los proveedores).

Y aunque no nos gusta resaltar casos individuales no podemos dejar pasar éstos: Pablo Esparza por lo inesperado de su notable actuación. Djené y Adrián por su mejora silenciosa pero constante.

Lo peor: El cuadro técnico más chillón de la historia del rugby planetario y extraplanetario.

“VA, SAN ISI,VA”

Carlos Suarez, entrenador.

 

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